martes, 23 de febrero de 2021

Vía Crucis y Misa de Ceniza en el Centro Misionero Santísima Trinidad


El miércoles 17 de febrero comenzó la Cuaresma con el Miércoles de Ceniza. Previa a la celebración de la Santa Misa se rezó el Vía Crucis en el Centro Misionero Santísima Trinidad sito en Remedios de Escalada, diócesis de Avellaneda-Lanús. 


La convocatoria fue a las 18.30. Los fieles se hicieron presentes para recorrer juntos los misterios de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo. A continuación se celebró la Santa Misa que fue presidida por el Padre Arturo Saiz Santos ST.

La imposición de la ceniza se practica en la Iglesia católica desde sus orígenes y recoge la tradición judía de cubrirse con cenizas para manifestar arrepentimiento.

Al inicio del cristianismo se imponía la ceniza especialmente a los llamados "penitentes", pecadores públicos que habían roto con la comunión eclesial por sus graves pecados y arrepentidos se preparaban durante la Cuaresma para recibir la reconciliación.

En la Edad Media, concretamente en el siglo XI, el signo se extendió a todos los cristianos: el Miércoles de Ceniza, día en que empieza la Cuaresma, un tiempo de conversión que precede a la Semana Santa y dura hasta el Domingo de Ramos.

La ceniza recuerda que Dios formó al hombre con polvo de la tierra (Gen 2,7), a la que volveremos (Gn 3,19). En Job (Jb 42,6) la ceniza simboliza dolor y penitencia. La ceniza nos recuerda gráficamente la fragilidad de esta vida.

Por encima de todo ello, sin embargo, el Miércoles de Ceniza es una llamada a la conversión, a cambiar y a creer en el Evangelio, como persona, como comunidad y como Iglesia.

El antiguo rito oriental empleaba la ceniza, resto de una combustión, para significar la fugacidad de la vida. Actualmente las cenizas se obtienen al quemar las palmas (en general de olivo) que se bendijeron el anterior Domingo de Ramos.

La bendición e imposición de la ceniza tiene lugar en la misa del Miércoles de Ceniza, después de la homilía. En circunstancias especiales, por ejemplo, cuando no hay sacerdote, se puede hacer sin misa, pero siempre dentro de una celebración de la Palabra.

Las cenizas son un sacramental, es decir, un signo que prepara para recibir la gracia y dispone a cooperar con ella. Junto a ese signo, los católicos viven el ayuno y la abstinencia ese día.
 










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