domingo, 1 de mayo de 2011

Domingo de la Divina Misericordia 2011 en la Vicaría de la Ribera



Con motivo del domingo de la Misericordia, conmemorado el 1 de mayo, se realizaron diversas actividades organizadas por la Vicaría de la Ribera que comprende a las Parroquias San Alberto Magno, San Francisco de Paula, Nuestra Señora de Luján, Santa Cruz y Nuestra Señora de Itatí.


A las 14.00 se comenzó con una procesión encabezada por la imagen de Jesús Misericordioso. La devoción a la Divina Misericordia toma un fuerte impulso a principios del siglo XX, mediante las apariciones de Jesús Misericordioso a la religiosa Faustina Kowalska. Jesús reveló a sor Faustina que "El rayo de luz significa el agua de mi costado que purifica el alma; el rayo encarnado, mi sangre, la cual da vida a las almas. Estos dos rayos se desprendieron de las profundidades de mi misericordia cuando fue perforado mi corazón por la lanza. Ellos protegen las almas que mi ofendido Padre quiere castigar. Bienaventuradas las almas que viven bajo la sombra de estos rayos. La mano justa de Dios las salvará."


La Fiesta de la Divina Misericordia fue instituida oficialmente por la Iglesia en el año 2000. Precisamente quien estableció esta solemnidad fue el Papa Juan Pablo II, que este mismo día, 1 de mayo, fue beatificado.


La procesión que salió desde puente la Noria, recorrió las calles del barrio entre cánticos y oraciones hasta llegar a la Parroquia San Francisco de Paula ubicada entre las calles Asamor y Bariloche.


A las tres de la tarde, hora en la que Cristo murió en la cruz, se comenzó el rezo de la coronilla, oración enseñada por Jesús a Santa Faustina. Esta oración consiste en implorar la misericordia de Dios para el mundo entero por los méritos  de  la Pasión de Cristo. Se utiliza un Rosario tradicional, pero cambian las oraciones que se recitan.


Cuatro sacerdotes de la vicaría estuvieron confesando durante toda la tarde. El Padre José Andrés Aquinocomentó a los fieles que Jesús misericordioso prometió que quien se confiese y comulgue el domingo de la Misericordia obtendría la remisión total de sus culpas. Explicó que con la confesión y la comunión se obtienen indulgencias plenarias que pueden ser aplicadas a uno mismo o a un ser querido difunto.


Entre los fieles se hizo presente el diácono Omar Carella de Adrogué. Luego de pronunciar unas palabras alusivas al regalo inmenso de la Misericordia de Dios para con el hombre, dio a besar las reliquias de Santa Faustina que se veneran en su Parroquia.


La hermana Graciela, perteneciente a la congregación de las Hermanas Misioneras de la Compañía de Nuestra Señora de Santa Isabel de Hungría, habló de la importancia de las obras de misericordia que se pueden practicar con el prójimo. Una vez concluida la charla se realizó un trabajo por grupo. A cada uno le tocó una obra concreta para reflexionar y meditar la manera de llevarla a la práctica.

El encuentro concluyó a las 18.00 con la celebración de la Santa Misa presidida por el presbítero Eduardo Llamas.


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